domingo, 29 de mayo de 2011

LA CALLE

LA CALLE
Vagar por las calles cubiertas de niebla húmedas  con charcos traidores que no percibimos a nuestro paso apresurados y ensimismados que nos empapan hasta las rodillas, los gatos que bajan de los tejados hambrientos y helados se hacen presentes, la luz en el cielo es diáfana y triste, un piano suelta sus notas  a través de un balcón, no pensar, no sentir, dejarse llevar por la niebla que conduce los pasos hasta un hogar prestado donde la noche es eterna y puntual y la mañana amarilla, entrar en el pasaje de los libros posados entre plásticos que los protegen de la humedad, las tiendas están cerradas, quizá sea fiesta pero que más da, es un día cualquiera de una noche  especial, que se llena de fantasmas, de voces con sus ecos, se va llenando de presencias ya vividas, y se alza inconstante entre las sábanas también prestadas, en medio de un exilio atroz, la eterna expulsión del paraiso de los que todo lo procuran con afan y se imponen en todo su esplendor atentos sobre todo  a su ego infinito, expulsión en fin de un mundo maltrecho que se acaba, hacia la nada del universo loco, en donde todo tiene un significado que no precisa diccionario.Vagar siempre solitario en un mundo que se diluye en partículas y se desdobla y repite siempre la misma añoranza sin fin, la soledad de los niños, la soledad de los que se aman, la soledad de los que sueñan la soledad además de los que no pueden ya gritar.

CIRCE Y EL HACEDOR DE LAS HORAS PERDIDAS

CIRCE Y EL HACEDOR DE LAS HORAS PERDIDAS

La calima impregnaba la atmósfera, el saludo de sus habitantes era exiguo, en el trayecto árido de la tierra guanche se sentía la soledad del calor sofocante y húmedo. En el interior del bar había aire acondicionado y llegó  un poco ventoso el escritor de la Universidad, autor de la novela que alude a la hechicera, con mucha dialéctica acompañado de gestos exagerados, ligeramente esbelto y huesudo y echando pestes por la boca. Así se presentó el individuo que hizo detenerse el tiempo durante unos días en la isla en donde el despiste era el protagonista, en el centro justo de una ciudad hosca y habitada por individuos maleducados que no respodían a un “buenos días”, con el equipaje ligero del sueño de siempre, andar en medio de ese desierto se hizo tedioso y absurdo, el deseo de partir se hizo cada vez mas imperioso, entre tanto la lectura de la novela canaria con curiosidad  impaciente, hizo que los días calurosos se trasladaran de súbito a otra ciudad lejos de la isla donde habitaba Circe.

jueves, 26 de mayo de 2011

SHAHRAZAD








SHAHRAZAD
… …Un  documento del siglo X, el Fihrist, narra la historia liminar de la serie: el juramento desolado del rey que cada noche se desposa con una virgen que hace decapitar en el alba, y la resolución de Shahrazad que lo distrae con maravillosas historias, hasta que encima de los dos han rodado mil noches y ella le muestra a su hijo.
De los traductores de las 1001 noches. J. L. Borges

Es el terror a la muerte el que nos hace salir del letargo, capaces de cualquier cosa con tal de  apaciguarlo, así, un jovencísimo artífice de las letras  inmerso en un mundo de violencia y desasosiego quiso poner fin a tanta zozobra y se inventó un cuento. El cuento narraba la historia infantil de una pequeña que sale a trabajar hacia las tierras paternas muy de mañana y cuando estaba recogiendo gavillas,  encontró a una dama muy brillante y vestida de blanco, que como premio a su buen proceder en medio de tantas penalidades y malos tratos, le entregó un canasto lleno de piedras preciosas, muy agradecida, la niña corrió hacia su casa con el fin de enseñar el presente a sus padres, al verla llegar su padre, avaro y violento, con el canasto en el brazo y contemplar el esplendoroso contenido, se abalanzó sobre ella para arrebatárselo y cual no fue su sorpresa que al tocar, él , las piedras, estas se convirtieron de pronto en vulgares trozos de carbón.
 Tuvo gran aceptación el relato  y fue muy aplaudido, lo premiaron incluso con el mejor galardón, la simpatía que suscitó el hecho de que su autor  apenas contara con siete años de edad. A partir de entonces, un difícil entramado de aconteceres cotidianos le impelían a inventarse otros relatos, con el único fin, inconsciente aún, de sobrevivir a su desdicha y con idéntico éxito.
 Descubrió asimismo con asombro los relatos sorprendentes en boca de Shahrazad en las 1001 noches que entretenían al rey, con el fin de salvarse de la muerte, que las gentes a lo largo de la historia de la literatura cuentan historias sin fin cargadas de mensajes y actitudes ejemplares, y  otras que existen dentro de los relatos mitológicos de las diferentes civilizaciones, hasta llegar a nuestros días en los que todos absolutamente todos los autores se enfrentan a ella con afán, a través de infinitos recursos y pocos muy  pocos se olvidan de nombrarla. Comprobó también estupefacto, como poco a poco  se había transformado en Shahrazad  que debía entretener al rey por pura supervivencia , entonces,  a través de la magia de las palabras,  ejercía  ese oficio de  contar historias cada noche a los numerosos reyes que iban apareciendo en su vida, y confirmó en fin con estupor, que siempre... habrá  un rey a quien distraer y  siempre... existirá una Shahrazad con 1001 noches que contar.

miércoles, 25 de mayo de 2011

EL ENCARGO

"En las escuelas nos enseñan la duda y el arte del olvido.
Ante todo el olvido de lo personal y local." 
J.L.Borges
EL ENCARGO
Durante algunos años, un día en la semana lo tenía dedicado a la visita de una librería y así lo hacía con asiduidad. Contaba con una pequeña asignación mensual para la adquisición de algún libro que le ineteresara en ese momento y con tiempo libre para leerlo, días intensos de libros y de música… días inolvidables… que dejaron una huella profunda en su mente y que se repetirían  más tarde con diferentes formas y espacios y lugares.
El hecho de entrar en una librería encierra siempre algo misterioso sobre todo si se encuentra en silencio, lo habitual es encontrar expositores y anaqueles con los libros semicolgados a merced de un comprador ocasional que repare en ellos. No falta en ocasiones un tipo casi imprescindible en estos ámbitos que , como buen marchante de arte, oferece al comprador las últimas novedades.
Esta no era la actitud  más adecuada  para con nuestro personaje que se desenvolvía  a las mil maravillas en el pequeño recinto, no obstante, llamó poderosamente la atención del librero que, pese a sus asiduas visitas, acudía siempre con toda su humanidad a recibirle y con gran derroche de amabilidad y gesticulación le ofrecía los últimos ejemplares de poesía, había entrado en la librería una persona interesante que como se podía observar y era bien notorio, mostraba preferencia por la poesía, era cierto, pero también mostraba el mismo entusiasmo por otras cosas, de hecho, siempre entraba y se dirigía directamente a la elevada y frágil escalera que cubría el acceso a los anaqueles que él escalaba discretamente hasta alcanzar el objetivo del día, bien podía tratarse de literatura norteamericana, algún autor alemán o francés,  inglés o ruso, hispano, griego, o italiano… …  la librería estaba cuidadosamente clasificada por los paises que se extienden  desde Oriente hasta Occidente, así que se tenía también en cierto modo la impresión de viajar por acá y por allá  y eso la hacía mucho más atractiva que  si se hubieran clasificado solamente sus libros en orden alfabético y  por géneros.
Lo maravilloso era que allí se encontraban todos sus amigos de entonces, desde los románticos alemanes hasta  los más modernos, los más significados autores de toda la Literatura Universal. Hábilmente encaramado en la escalera y con la atención concentrada en la búsqueda de su objetivo, no dejaba sin embargo de escudriñar las sugerencias que el señor librero proponía a los diferentes compradores que iban entrando, por otra parte, de lo más variopinto, hasta que se dio cuenta de que en ese día, el de su asidua visita, tenía lugar allí un verdadero cónclave de intelectuales locales, con lo cual enriquecía su información y de algún modo, en absoluto clandestino, espiaba los aconteceres y noticias novedosas que pululaban por la ciudad, y desde luego, tampoco sentía remordimiento alguno, a fin de cuentas él formaba parte del decorado y de alguna manera participaba directamente en la vida activa y en el espíritu de la ciudad.
 Un buen día, apareció un individuo muy extravagante con un raro sombrero en la cabeza, que evidentemente impresionado por el librero, por quien sentía en secreto un profundo desprecio por el simple hecho de vender libros, ignorante quizá de las buenas intenciones del buen hombre que profesaba gran amor a la cultura que de algún modo encubría sus carencias intelectuales, que con gran sigilo le hizo un encargo, se trataba de un ejemplar insólito que difícilmente se encontraría en una editorial al uso, el vendedor muy solícito y preocupado, prestó mucha atención al visitante que ocultaba tras de sí, a sus espaldas y sujeto con sus manos un espléndido ramo de rosas rojas, y tendiéndolo hacia adelante en actitud oferente  le espetó sin más, con visible  ánimo de sorprenderle: quiero “El Libro Sagrado  de los Espíritus”. Nuestro personaje, muy seguro de si mismo y decidido,  descendió de su escalera, se acercó a uno de los expositores en los que había propaganda y otras muchas noticias y revistas, tomó  de la hemeroteca un viejo periódico local  y se lo entregó en completo silencio… …

martes, 24 de mayo de 2011

FUEGOS DE ARTIFICIO








FUEGOS DE ARTIFICIO


Era el atardecer de un día próximo a la primavera y salimos de la facultad dispuestos a tomar  una caña en un bar de la zona centro.  Entramos y nos acomodamos en la barra y con  el soniquete de una radio de fondo, conversabamos con agrado sobre cosas intranscendentes cuando al cabo de un rato, de pronto, saltó  la noticia del día, unos individuos habían entrado en el Congreso y habían armado gran alboroto con tiros al aire  y demás gestos de asalto.Dentro del bar se escuchó un murmullo fuerte y voces  de asombro, mis acompañantes mudaron sus sonrisas en una expresión de desasosiego mezclada con confusión, algunos palidecieron, entonces, con un ademán tranquilizador  me dirigí a ellos y les dije: “no pasa nada , seguro que no pasa nada, mañana cuando vaya a la estación de tren y compre el periódico todo se habrá quedado en un susto”, me miraron perplejos y uno de ellos arremetió contra mi, nervioso, insultándome incluso, tal era el estado de excitación que se produjo.
 En cuestión de segundos el bar fue quedándose vacío y nosotros salimos también apresurados por las circunstancias. Mis amigos que tenían casa propia y eran ya independientes, optaron en este caso por acudir a la casa de sus padres , yo vivía sola y carecía de casi todo, incluso  de televisión y teléfono, me encaminé hacia mi casa atravesando una ciudad ya fantasma  con la única presencia de algunas patrullas policiales en la plaza, se respiraba el miedo… tuve todavía la serenidad suficiente como para ir a una cabina telefónica y llamar a algunas de mis amistades…, a mi  familia  …, nada…,  todo era inútil, estaban todos horrorizados…, como además   tenía que acudir a una cita con el Ministerio de Asuntos Exteriores a la mañana siguiente y tomar un tren temprano con el fin de tramitar una beca para Bélgica, me fui  a dormir.
Yo no vi ninguna imagen del suceso,  contaba solo con una radio-despertador que puse en hora para despertar al día siguiente, además,  vivía entre dos fuegos, era la mía una calle conflictiva la mitad era de un bando y la otra mitad del otro extremo, y pensé:  "como sea cierto lo que está pasando, aquí perezco"….…
Al día siguiente como había pronosticado, compré el periódico al llegar a la estación y leí la buena noticia, todo había quedado en un susto… me subí a un tren desolado, era la única pasajera junto con el revisor y otros empleados del ferrocarril.   Llegué a la capital y al descender me encontré en medio de un gran tumulto y clamor de sirenas por todas partes, la gente corría apresurada presa del pánico, tomé entonces un taxi y pregunté y ahora… ¿qué pasa? el taxista me miró por el retrovisor y dijo con sorna: "nada, estos, que quieren continuar la juerga de anoche"… me dirigí tranquila al Ministerio y todavía tuve que abrirme paso por el medio de una hilera de metralletas hasta alcanzar la ventanilla donde dejé al fin mi carnet de identidad.  Diez años más tarde contemplé atónita las imágenes de lo sucedido en el televisor… ….

lunes, 23 de mayo de 2011

ARCOIRIS


ARCOIRIS
En un relato de Los sueños de Akira  Kurosawa, la historia se centra  en la figura de un niño que tiene que acudir alarmado por su madre en la dirección hacia donde se alza el arcoiris, allí se encuentran las fieras a las que debe pedir perdón porque quieren matarle. El delito que había cometido era mirar y ver cosas que se supone no debía haber visto a su temprana y tierna edad. Había visto figuras histriónicas y fantasmagóricas  caminar en procesión por el medio del bosque con cierto aire de misterio, que pudo contemplar escondido tras el tronco grueso de un árbol.
En un mundo poblado de figuras de ensueño probablemente vivía nuestro héroe, al abrigo de las nuevas tecnologías, y se le podía sentir curiosear de acá para allá, por otra parte, como hacemos todos, en la pequeña pantalla del ordenador, a mi me llamó la atención y seguí su rastro con ternura, incluso le envié el vídeo que contenía el relato de Kurosawa maravillosamente expuesto, el mensaje se enriquecía con la aparición de un hermoso arcoiris como final de la exposición y como final también de nuestro amable encuentro... ..

ALMA MATER










ALMA MATER
Siempre pendiente de su Alma Mater que decía le hacía partícipe de todas las confidencias, pasó su vida  en un suicidio constante que tenía atemorizada a toda su familia.
Tuvo lugar en su juventud un suceso que lo marcaría de por vida, le sacó un arma a su padre, un general retirado, con intención de matarlo, ese hecho le costó muchos años de peregrinaje de psiquiátrico en psiquiátrico.
Era un hombre entrañable de complexión fuerte muy alto y bienparecido, pero tenía la inveterada costumbre de intentar tirarse por la ventana continuamente para horror e indignación de sus seres queridos, como algunos de ellos eran facultativos, resultaba muy sencillo recluirle en diferentes centros que a base de medicación y también, según él contaba, otros recursos que frenaban en seco sus intenciones. Mi buen amigo era pintor y sentía verdadera admiración por diferentes pintores y artistas de otras épocas y de la suya propia, como Tapies o Chillida, y Van Gogh o Miró, Kandinsky y otros muchos, cuando era jóven y era muy guapo y delgado, era marchante y allí donde iba  montaba su caballete en las diferentes ciudades donde estuvo recluido. Andando el tiempo consiguió escalar algunos pequeños peldaños en su  libertad siempre vigilada, y pasó a habitar un undécimo piso en compañía de su madre, ella y sus numerosos hermanos se ocupaban diligentemente de él y habían determinado que  en ausencia de la madre la casa le pertenecería a él con la condición de que siempre una hermana suya velara  por su bienestar.
Falleció la  madre como era de esperar ya  que tenía muchos años y él sufrió  un terrible accidente que lo dejó postrado en una silla de ruedas practicamente inmóvil, ya no se le veía por las calles conversando amigablemente, que digo, ¡intimamente¡ con su “Alma Mater” que un dia me confesó era alguien imprescindible que le revelaba toda su sabiduría y me aseguró que todos los mortales teníamos una… su Alma Mater debía ser muy sabia por las cosas que  decía… él desde luego no daba literalmente un paso sin recurrir a su consulta… una tarde soleada salí, como acostumbraba, a dar un paseo y encontré a su fiel compañero y me dijo con gravedad: el loco bueno que se movía por el corredor del centro psiquiátrico ha fallecido ¿Quién te lo ha dicho ? pregunté,  entonces muy serio y mirándome fijamente a los ojos me contestó con mucho sigilo: su Alma Mater...

domingo, 22 de mayo de 2011

LA PIEDRA Y LA COLUMNA

LA PIEDRA Y LA COLUMNA
Hay dentro de la mezquita de Córdoba entre otras muchas columnas una columna de piedra que se encuentra hacia el centro y debe ser la número ocho, en perspectiva angular y según los informes de J. L Borges debe encerrar un Aleph desde los orígenes de su construcción.Cuenta que “los fieles que concurren a la mezquita de Amr, en el Cairo, saben muy bien que el universo está en el interior de una de las columnas de piedra que rodean el patio central… nadie puede verlo”, uno pega su oido a la frialdad de la piedra y se escucha un rumor… como los fieles de la mezquita mencionada por el autor, yo lo he escuchado allí, en la mezquita de Córdoba, doy fe, lo que demuestra de alguna manera que el Aleph  de Borges no está tan lejos de la realidad, es más creo que  se  trata de la pura realidad, “debe haber muchos desperdigados por el mundo”… … dice el autor, que sin duda lo vió, y de hecho nosotros podemos verlo también cada día en todas las cosas que brillan con un reflejo especial y si no lo vemos es que algo nos lo impide, como muchos de nuestros sueños y si es verdad que los sueños son el fiel reflejo en ocasiones de nuestros deseos, mi encuentro con la columna no fue casual, me llevó a ella un muchacho de mi edad en uno de esos viajes de estudios que hice y, entre bromas y veras me condujo hacia la columna, instándome a hacer la prueba, me aseguró que si la frotaba saldrían chispas, y si pegaba mi oido a la piedra, escucharía un rumor  así lo hice y todavía hoy me acompañan el fulgor y el rumor de las cosas, el muchacho desapareció entre las numerosas columnas de la mezquita… … al cabo de los años regresa  para recordarme entre las páginas de su autor que entonces, en mi vida, ya existía el Aleph. “El lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos” otra coincidencia es la que alude a la época y la  construcción de la mezquita,”en las repúblicas fundadas por nómadas, es indispensable el concurso de forasteros para todo lo que sea albañilería[1] y termina el relato preguntándose si existe el Aleph en lo íntimo de una piedra, duda entonces  de su memoria,  “quizá lo he visto… y lo he  olvidado… “, tal vez este relato logre rescatarlo del olvido… …



[1] Esta cita del autor se refiere al escrito de Abenjaldún, a propósito de las columnas que proceden de  otros templos de religiones anteislámicas y el Aleph es la primera letra del alfabeto de la lengua sagrada.

sábado, 21 de mayo de 2011

LA CASA DE LA MONTAÑA










LA CASA DE LA MONTAÑA

Desde la carretera se veía por el lado derecho, en lo más alto, una urbanización pequeñita que contenía unas pocas casas esparcidas estratégicamente en el suelo de la montaña, juntas formaban un conjunto perfectamente solitario en el entorno maravilloso en el cual se encontraban, quedaban en pendiente a la vez ocupando los escalones llanos que había entre ellas.
En ese entramado de bosque se encontraba la casa  ocasión del delirio más estrepitoso, el acceso a ella era dificil y variado, tan pronto se descubría terreno asfaltado como pedregoso y embarrado, siempre cuesta arriba el camino, encerrado en un vehículo, se estrechaba y subía frenético cada vez con más trabajo y no solo eso se producían en la subida pequeñas bifurcaciones que iban a dar a pequeñas aldeas pobladas de vacas y que desvían al conductor de su objetivo si no se mantiene alerta, una vez arriba todavía queda una terrible cuesta que subir que desemboca en un bosque de hayas allí hundida entre las otras casas  se encontraba la nuestra objeto de tanta desesperanza.
En ese lugar se podía vivir aislado casi por completo, atento siempre a las inclemencias del tiempo, caminar por esa zona habitada es dificil  por el estado del suelo y lo empinado que está pero se alcanza andando hacia arriba la cima del bosque desde donde se extiende a lo lejos toda la bahía en medio de bestias y eucaliptos y hayas, esa era toda la salida desde allí y podía contemplarse también hacia abajo todo el trayecto de la subida y extensiones enormes de prados con diminutas casas a lo lejos.
Una persona sola allí  se ocupa fundamentalmente de la provisión de víveres y combustible para calentarse, además de las demás cosas en que ocupa su tiempo, nuestro personaje leía y leía y de vez en cuando bajaba de la montaña en dirección al mar acompañado de su perro, pero sobre todo leía y leía para si mismo y también en voz alta al fin y al cabo allí nadie le escuchaba. Poco a poco empezaron las cosas a cambiar de aspecto, y la persona tranquila y paciente que era empezó a soliviantarse, empezaron a ocurrir cosas extrañas en la casa, como cortes de luz poco habituales, reflejos también luminosos en los muebles empezó a observar que las cosas se movían sin que ninguna de sus acciones lo ocasionara, después de inútiles averiguaciones, y de un incendio de la maleza que estaba seca y alrededor de la casa , llegó un momento en el que deseó huir y así lo hizo dispuesto a dar parte a las autoridades de esos sucesos sin fundamento que acontecían en su casa, montó en el coche y descendió angustiado, pero cual no fue su sorpresa que sus piernas tampoco le respondían conduciendo su vehículo, porque en su interior ocurría lo mismo que en la casa, entonces…. Ya no era cosa de la casa, desaforado corrió a visitar a sus hermanos y una vez parado le salió al paso una patrulla, y le preguntaron ¿pasa algo? No nada, contestó azarado, y si que pasaba su intermitente de repente había enloquecido, así, se apresuró a salir de allí, era buen conductor podía pasar toda la noche vagando en su automovil totalmente fuera de peligro, y  se encaminó hacia la casa familiar llamó y cosa también muy extraña no había nadie, estaban de celebración , acongojado porque con nadie podía hablar de lo sucedido los últimos días, recurrió a un amigo antiquísimo de la infancia y como era muy tarde ya, pospuso su llamada con el fin de no molestarle para el día siguiente, aparcó el coche, apagó las luces y se dispuso a descansar recostado entre las amables patas de su perro. 

ALGARABÍA










ALGARABÍA

La calle se alarga se estrecha y oscurece cuando anochecen  los días, lleva un nombre danzante, suena su música y se recoge en el recinto vago  y lóbrego a las seis de la tarde, olfatean los gatos sin número, comida para ellos con ese olor fuerte de carne cruda mezclada con sangre,  los trastos, las velas, la oscuridad de la noche, los frutos secos,  perversión de la realidad que realza los usos cotidianos, la acción de tomar el té, parsimoniosa y lenta, sensual el silencio y el gesto, el tiempo es otro tiempo poblado de fantasía, fantasmagórico y escueto, las acciones avanzan impetuosas unas con otras sin cesar, dispuestas para resaltar lo innato a lo largo del día, entre tinieblas los espejos brillan y reflejan la verdad de lo aún incierto y se estrella contra ellos la certeza de lo bello de la existencia en el momento mismo exultante y sereno, el acto más puro alumbra la oscuridad  con un simple abrazo que se clava y se retuerce y se proyecta contra el frío de la hermosa noche desvelada.
 Retrato siempre presente que recuerda la ausencia, las flores del mal, malditos y ajenos a cualquier rastro de la  otra realidad de las cosas, deliberadamente ausentes, sin atisbo de locura, pasión encendida en cambio, amor sin límites, tiempo de uvas, los aromas alternan unos con otros sin tregua, caminar desafiante, la diferencia llevada al extremo con altivez, la razón se enciende y ve la verdad de los acontecimientos que ocurren sin más, el fantasma de la muerte está presente ahuyentado por la presencia de mil  gatos alertas y encendidos, sus paseos se suceden, ya se extienden sobre el lecho voluptuosos y eternos ya irrumpe en el patio la algarabía de animales hambrientos, voraces, guardianes al fin  del rumor, de la soledad, de la dicha y el goce de los sentidos, de la paz infinita, de la tierra firme bajo los pies, sobre un mundo informe que chirría molesto al paso de los amantes. 

LAS HORAS Y EL SUEÑO

LAS HORAS Y EL SUEÑO
Con una extensión de sesenta minutos sin embargo  se extienden y se encogen a placer, pasan a veces inadvertidas por su premura y otras veces se callan y extienden, las horas no se detienen nunca y no a todos los habitantes de este mundo nos parecen la misma cosa, ni tienen color las horas, pasan y pasan y se deja sentir su paso inexorable a través del reloj que nos avisa, la luz del día, el olor del ambiente, los aconteceres cotidianos, las circunstancias que nos embargan, las horas se adueñan de los pequeños seres que somos como una ola gigantesca que crece y se agranda más y más con su paso gélido e inexorable, siniestro e impasible que nos recuerda,  nos obliga a recordar que todos tenemos una hora señalada y nos apresuramos casi ebrios a llenarlas de acontecimientos, como si con eso quedara encubierto su paso mortífero, nosotros hacemos las horas que silenciosas laceran nuestro ánimo, es nuestro tiempo , unas veces mas corto otras veces más largo, lo hacemos  sin saber que nos  va devorando y que poco a poco nos encierra en sus límites, solo el paso etereo del sueño las obliga a detenerse.

EUROPA

EUROPA
Europa a lomos del toro Zeus cabalga a orillas del mar y salpica de risas y colores y tritones sonoros las ondas marinas, un entramado de sueños puebla ese mundo del poeta que lo creó , en los prados se puede sentir el olor de las  flores y la hierba fresca, velada de luz se presenta la alcoba de Europa que duerme inocente, las bellas jóvenes sus compañeras despliegan todos sus encantos perfectamente encajados en la naturaleza circundante, el animal destaca en el centro del prado con todos sus atributos y todo su despropósito, cuadro de luz y esplendor que espolea los sentidos y se extiende por la imaginación  simplemente a través de las letras, las palabras, doscientos versos cargados de belleza y de impresiones imborrables.

EL ECO

El ECO
Cómo se puebla de ecos la noche, tintinean silentes los astros en el cielo, que hablan de miembros que otrora expresaron la dicha del   tiempo que ahora  pasa vestido de luto, cómo te extraño, qué angosto el camino, las letras se empañan de lágrimas y en medio del llanto te acogen tan frío, lejos, en este universo pequeño te encuentro, hecho jirones, hecho de nada, de vacío, sigues presente la estela aterradora del viento y huyo y  abrazo a otros seres y todo es presente y siempre es lo mismo se puebla de ecos la noche, se encienden los sentidos  que hablan del astro silente  que viene me abraza me llena de voces, de imágenes frágiles,que se mueven en la oscuridad  y todo ha pasado y nada ha ocurrido, las palabras se quedan dormidas porque ya no te esperan tan solo te sienten. 

DESPEDIDA

DESPEDIDA

Hacía frío, caminé con Pablo hasta el kiosko para comprar unas chuches, estaba de espalda, y no se le reconocía pero he aquí mi sorpresa cuando se dio la vuelta, habían pasado veinticinco años y por un momento dudé de su presencia, como cuando un rostro conocido se desdibuja en la mente después de una larga ausencia, nos miramos, nos reconocimos y en ese mismo instante hizo el gesto cotidiano, en un acto reflejo, de total indiferencia.
Pasaron los días y lo olvidé, como si no hubiera pasado nada, pero lo volví a encontrar, acompañado de un anciano, su padre, caminando lentamente. Como en una especie de ensoñación recordaba los días presurosos de antaño, ahora todo era más lento, había más volumen en su cuerpo, el cabello poblado de canas pero la misma figura esbelta y atractiva de antaño.
Yo también había cambiado, ahora no iba sola, ahora me acompañaba mi perrita, o Pablo, pero fiel a mis costumbres caminaba haciendo siempre el mismo trayecto y dirigía mis pasos hacia  la facultad, como los veinticinco años anteriores. Finalmente me salió una y otra vez al encuentro en la misma calle como para que supiera en donde vivía, qué hacía, en realidad vivía muy cerca de mi casa.Pasaron los días, llegó el verano, llegó el otoño empezó a llover, cada día se aproximaba un poco más, se insinuaba como en otro tiempo con ademán de besarme, a mi me pareció excesivo y respondí con frialdad y cierta perplejidad, ¿cómo era eso posible después de veinticinco años ausente?en mi se despertaba cierto desprecio, mezclado con algo de orgullo, tenía como no, a otra mujer., Continuaron así de aburridas las cosas durante un tiempo más, cruzándonos breves palabras incluso tomando un café y un largo paseo por la ciudad, pero nada más  eso era todo.
Un día aciago lo encontré dentro de un coche con su actual mujer pasé y con mucha dignidad le negué el saludo.
Al  día siguiente volví a pasar delante de su casa, era mi trayecto habitual y cual no fue mi sorpresa que pude leer una esquela pegada en la puerta en la que estaba escrito su nombre, me puse nerviosa, entré en la tienda de al lado y pregunté discretamente qué le había pasado a este hombre, me dijeron que había muerto de repente y que no daban crédito a lo sucedido porque era hombre de buenas costumbres que hacía deporte y no fumaba ni bebía. Consternada salí de la tienda y me encontré de frente con la supuesta viuda que con los ojos encendidos  me miró enfurecida y yo la miré a ella horrorizada.

CANDILEJAS

CANDILEJAS

Corría el año 1990, era el tiempo en que hacía mucho frío, pronto en tres días llegarían las ansiadas vacaciones, entonces, justo en esos días recibí la noticia, se me comunicó el tema del que me iba  a ocupar los próximos años.El encargo consistía en desmontar una  a una las palabras de esos textos alejandrinos entrar en su mundo, descubrir el motivo que las creó, en cierto sentido ponerme en el lugar de estos sabios poetas, entrar en su pensamiento, reescribir los poemas. Presa de la emoción no daba crédito, lo había estado hojeando por esas fechas, pero no daba crédito, disponía de un ejemplar de Belles Lettres, y vi con asombro toda la riqueza filológica que me esperaba.Salí disparada de la facultad, deambulé por las calles humedas y frías del invierno, me había llegado la hora, me había tocado el corazón el tema, no salía de mi asombro, tenía en mis manos años de disfrute, abracé mi tesoro con las dos manos y esa noche fue el ensueño de todas las noches sucesivas hasta la fecha.

LA MUJER DEL LACIO

LA MUJER DEL LACIO
Cuenta Tácito en el libro de las Historias que existió una mujer en el Lacio en el tiempo en que los romanos asolaban su aldea, cuando los romanos asediaban una aldea todo era desolación y masacre, y acostumbraban a llevarse el botín, lo arrasaban todo, así las cosas  prendieron a una mujer con un enorme bulto bajo el vestido, creyendo que era portadora de tesoros ocultos la violentaron hasta que ella en un grito de horror abrió sus ropajes y mostró sin pudor su vientre embarazado.

OUT

OUT


Los niños correteaban en los alrededores de la casa de su abuela como todas las mañanas. Solían reunirse todos los veranos cuando sus padres visitaban a su madre.
De la orilla de la casa salía un camino, una vereda que sinuosa llegaba hasta la ría no sin antes hacer que se detuviera el caminante en una casa solariega, poblada de muebles coloniales, ellos saltando y corriendo dieron con ella y entraron, allí había un gran comedor provisto de una alacena y dos cajoncitos que no tardaron en descubrir, encerraban piezas de chocolate relleno de frutas que se apresuraron a coger. Así las cosas todos los días viajaban a la casa en busca de su botín.
Un buen día, a lo lejos hacia la ría aparecía una figura de un hombre esbelto que portaba una gran vara, a medida que se acercaba su silueta se hacía mas real, una gran bota le calzaba el pie derecho, era cojo, de aspecto  bienparecido un poco desaliñado, pero con el porte de un caballero de los de antes.Su nombre era D. Lisardo y cuentan que era docto en leyes.
Tan pronto como lo vieron los niños se echaron a correr  conscientes de que el hurto tan sabroso les esperaría al día siguiente cuando D Lisardo emprendiera su paseo habitual. Nadie en la casa de la abuela sospechaba las andanzas de los niños hasta que un día en el gallinero se desató un revuelo de gallinas, los tios de los niños acudieron asustados tal vez pensaron que alguna alimaña las había soliviantado, pero no, los niños capitaneados por el mayor se habían provisto de plumas y disfrazados de indios y armados de tirachinas estaban agazapados a orillas de la carretera dispuestos a asestar una pedrada al primer Mercedes que pasara. El dueño del coche enfurecido descendió y reclamó justicia, todos arremetieron contra el mayor como causante de la fechoría y desde entonces vive estigmatizado por esa razón.

SUEÑO











SUEÑO

     Cada noche será vivida como si fuera la última cada día como si fuera el primero
     
Eduardo Galeano.

Pelaje blanco, grande con el cuerpo un poco abultado por el centro en medio del jardín, quieto y calmo, con un enorme cuerno en la parte central de la cabeza, mirabas y yo te atendía, gente pasaba a tu lado y te miraba, me miraba, miradas silenciosas, con toda tu bondad como un angel en medio de la bruma de los días.
Una biblioteca de sonidos, de susurros, de silencios, qué breve la noche, qué cortos los días, peluda me acompañas en este tiempo, sin prisa, dicen que los niños viven otro tiempo diferente al de los adultos, así eres tu intemporal y eterna como la infancia, inocente y tierna, caminas a mi lado y escucho tu silencio, me abrazas y siento latir tu corazón, me miras y veo dulzura en tu mirar, me recuerdas a un unicornio, eres mi unicornio, tal vez mi infancia perdida, tenue y bondadosa semejante al sueño que  me ha visitado esta mañana.

THE GHOST

THE GHOST
Amor es el enamorado


Merodea por la estancia sin mi permiso, me hace esperar, se indigna, toca mis cosas, toca mi corazón, siempre alerta, siempre vigila, tan es así que tengo todos mis libros guardados en cajas, todos mis amigos a buen recaudo, lo he decidido no le doy tregua, así es, imperioso y ansioso de todo cuanto poseo.
Hace algun tiempo le creí, vino mendigo a mi casa y como una estúpida le creí, se introdujo en todas las hendijas de mi habitáculo, venían presurosas gentes de todos los lugares a respirar su atmósfera, no hice mucho caso tal vez por desidia, tal vez por ignorancia pero todos lo decían, todos lo querían, emanaba el deseo por todos los rincones, se extendió pronto  por toda la ciudad, entonces me apresuré y dirigí mis pasos hacia todo cuanto tocaba, descubrí la belleza infinita de las cosas pequeñas, los sonidos inmensos que desprenden los pájaros al despertar, el olor de los libros, el abrirse los sentidos al contacto de los amigos, las lágrimas de alegría, el sueño eterno de la muerte, la dulzura de las palabras y su amargura, el `paso cansino de los ancianos, la voz cristalina de la música, los sabios consejos de mis incontables padres, me introduje audaz en los entresijos de la historia, de las lenguas, de los versos, huí en fin despavorida e incansable en busca de otras tierras, en busca de otros mendigos, ¡ay infeliz eras su presa¡ te atrapó y así al mismo tiempo tú atrapabas a otros, su poder se desdobló y fue mitad quimera mitad mendigo.Ahora han pasado los años y  lo encuentro, así, autónomo, deslizándose soberano por este mundo que no le pertenece ya porque yo se lo he  negado y lo he hecho mío.

AMOR NECESITA RE-POSARSE

Amor necesita RE-posarse


Se acerca la noche, trémula la ausencia de ti me abraza, la siento, te espero, se que no es tiempo pero te espero, merodea el viento en mi ventana, el mar reverbera con sonido tenue, como si también te estuviera esperando. Llegarás como todos los días y te posarás en la pantalla, virtual y silencioso,  tantas horas silenciosas se meten en mi ser y me espolean la mente, que de pronto recuerda todas sus andanzas, todos sus amigos, que salen jubilosos a recibirte a ti, joven y tal vez desconcertado, o tal vez , ensimismado, en tu mundo.
Acaso sea la insistencia, el hastío, el horror, una huida hacia adelante, un impulso, un hallazgo, pero lo siento como una exigencia como un deseo, amor “quiere re-posarse, un poco por cansancio, reposo, un poco por deseo vover a posarse, en otro ser, en otros seres, gritarlo al mundo con un aullido de esperanza, de bondad,  de llamada, es verdad, es, está, soy, existo, en las ideas, en las palabras, en los relatos, en las notas que vibran de hermosura en mi interior, parece que todos los dioses se han reunido y celebran una fiesta.
Perpleja asisto a este festín de los sentidos, culminará ¿en dónde? ¿en las suaves  letras de mi teclado? mientras tanto las dejo fluir y anoto sus palabras que se abren alegres al tiempo de  recibirte, y se explayan para llenarte de luz, para llenarte de vida.
 Y culminó en un desplegarse las teclas en el descanso al fin del reposo y el posarse, como si nada hubiera ocurrido, que obligó a deslizarse los dedos por el tiempo y los sueños en busca de algo relevante,  de otros amigos, de otras cosas. 

NIEBLA

NIEBLA

En una calle estrecha se encontraba haciendo esquina este lugar habitado por los pocos seres que en la ciudad gozaban de su estética, exquisitamente construido y fiel a los cafés parisinos constituyó una revolución en la ciudad que lo tildó enseguida de decadente y  freak, a él acudían hippies de todas partes que apenas  tenían que comer en sus casas, en aquel entonces en que los porros y demás estupefacientes constituían el principal alimento.
Sonaba la música de Bob Dylan y de Pink Floyd , de Lou Reed y de Leonard Cohen,Tubular bells de Mike Oldfield , música de jazz y otras muchas, el aire bohemio era incuestionable pero dentro del local, se comía bien se bebía más y se fumaba mucho, personajes de todo tipo  y procedencia acudían entusiasmados al hilo de la lectura de la última novela de moda “el Gran Gatsby” y se disponían presurosos a emular sus páginas en la pareja formada por el pijo de turno y “la hippie” consumada y experimentada en Ibiza adicta a no se cuantas cosas en especial a la ropa.
Apoyada siempre en la barra estaba la maitresse, muy bien plantada a lo Toulouse Lautrec, era el alma de la fiesta.
Un ir y venir de curiosos lo acechaban constantemente  el lugar despertaba gran espectación. Pero el momento álgido se alcanzaba en el transcurso de la noche, había hippies que dormían de día según su costumbre y también solian pernoctar. Hubo amoríos allí, seducciones y caprichos sin fin, como se encontraba en medio de un lugar de paso frecuentado por jóvenes estudiantes siempre estaba en movimiento, la placita de al lado servía de respiro a tanto humo, pero llamaba la atención  el trajín y al mismo tiempo el vacío que imperaban, es verdad que no faltaba algún Nietzsche, no faltaba Melmoth el Errabundo ni tampoco Hambre de Knut Hamsum o Sinué el egipcio o Jack Kerouac o El cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell  y otros muchos, traidos y llevados por algún aventurado  hippie  que añadía estos autores a su ropaje  con el fin de encontrar una defensa ante tanta suntuosidad concentrada en manos del jefe aburrido y enriquecido como heredero de una gran fortuna en torno al cual se había urdido una fantástica trama novelesca inspirada en la novela de Scott Fitzgerald.
Tuvo poco tiempo de vida este  rincón de la ciudad, fue muy censurado y visitado por la policia vigilante entonces del orden público amenazado por estos personajes encantadores cuyo único delito era la búsqueda de otra forma de vida, los hippies, que atraidos por la musa ibicenca compartían solícitos su furor estético y sus amoríos .

HUEVOS DUROS

HUEVOS DUROS

Era un  día de lluvia en el bar de la esquina se encontraba Rosa mi amiga me tomé con ella una caña y salí en dirección a la consulta que solía tener lugar cada tres meses mas o menos. El centro era amplio, y en una de sus habitaciones apoyado sobre una mesa enorme se encontraba el doctor en compañía de otros colegas y enfermeras.
Parco en palabras apenas  me dijo buenos días, yo  llevaba conmigo una cesta con siete huevos duros, muy cordial me invitó a que tomara uno en su presencia, así lo hice un poco cortada porque tenía que hacerlo en soledad y lo correcto hubiera sido que lo hicieramos todos los allí presentes en ese momento, la enfermera el doctor y yo. Ni una mirada, ni una palabra, silencio absoluto solo interrumpido por alguna gestión ajena a la consulta, callada engullí el huevo sin quitarme el impermeable que me dejé puesto a medias con cierto aire de improvisación, allí estaba, allí había llegado, eso, era toda la visita, una figura activa y pensativa muy seria  me recibía y anotaba puntualmente en un folio en blanco, pide hora para tres meses, dijo, ya estaba dispuesta a marcharme cuando me di cuenta de que de los siete huevos duros quedaban seis en la cesta que estaba posada enfrente para cogerla y llevármela tenía que importunar de alguna manera al doctor y a la enfermera así que di un rodeo tras ellos y ella muy cumplida me la alcanzó  me dispuse a salir feliz con mi cesta.

LA MANO AMIGA

LA MANO AMIGA
Salían del fondo de recepción alineados cuatro personajes y el del medio iba a ser el protagonista  a lo largo de doce años consecutivos, llevaba el pelo largo canoso y un chaleco azul debajo de la bata blanca, tenía un aire de frescura y cordialidad que era fácil atribuir a su buen carácter, su rostro era amable, el gesto muy flexible destacaba en el centro, tal era la persona más importante de su vida por aquellos años.
Regresar a una ciudad grande, perdida, con incertidumbres innumerables, sola, pobre y liberada al fin de todas las ataduras de los años anteriores , sin buscar una salida dejarse llevar por el tiempo, y con un asidero lejano que no servía para nada, la confusión era absoluta y  el dejarse ser se impuso a todo, lejos de la presión de antaño, en este estado de cosas apareció el que todo lo colocaría en su sitio con su gesto amable con su silencio cordial, con su forma de andar confiada y sencilla cuando cruzaba la calle  cuando se acercaba cuando se sentaba delante de un folio en blanco y empuñaba con fuerza su bolígrafo como para asegurar que nada volvería  a ser igual porque él lo era todo, pocas palabras, las justas , “tranquila”, “no pasa nada”, “estás de maravilla”, “lo tienen crudo”, tal era el miedo que se  había instalado en su ser  y que él supo disipar con su ternura y su bondad. En la sala de espera había mucha gente y ese síntoma se notaba en el ambiente las personas allí sentadas esperaban pacientemente a que se abriera la puerta y los que salían, salían activos y sonrientes como si hubieran encontrado dentro  el amor y la confianza, la mano amiga les había tocado el corazón y ella continuó su camino ensimismada.

GAFAS ROTAS



GAFAS ROTAS

A la casa se accedía por un caminito estrecho poblado de árboles y sombras con luces entrelazadas, al  llegar a ella sorprendía su tamaño reducido lleno de un tumulto de fiesta. Se celebraba un cumpleaños y su anfitriona iba de un lado a otro sin parar, pronto se llenó la casa de seres extraños grandes y vociferantes procedentes algunos de las Islas Británicas que enseguida tomaron asiento en la mesa dispuestos para cenar.Como la cena se celebraba en un porche encajado en una parcelita de cesped y consistía en viandas diversas a base de carne de cerdo mezclada con piña el perro de la casa merodeaba entre los comensales y olisqueaba por si tropezaba con un trozo de carne, la noche iba avanzando con la comida y la bebida abundante y con gran algazara de los presentes cuando de manera completamente inesperada tomó la palabra el invitado más agasajado y deseado por la anfitriona y para sorpresa de todos lo hizo en inglés, en un discurso de quince minutos dejó a todos boquiabiertos por su dominio del lenguaje, exquisita pronunciación y cadencia de los fonemas anglosajones.
Acabado el discurso nuestro invitado se dirigió al centro de la parcela y al son de la música comenzó a bailar, una hermosa mujer que lo observaba en silencio le acompañó en la danza, de pronto la anfitriona y todos los comensales en tropel salieron  hacia la pista improvisada y a empellones unos con otros se pusieron también a saltar y bailar tan grande era la algarabía y el alboroto que en uno de esos empujones nuestro invitado predilecto perdió el equilibrio y al mismo tiempo sus gafas que rápidamente fueron pisoteadas  y hechas añicos por parte del resto de los invitados con su afán avasallador y eufóricos. Nuestro amigo autor de ese discurso tan brillante quedó consternado y miope como era en medio de la parcela, frágil y ciego a duras penas llegó hasta ella que lo miraba atónita entonces se le acercó y le dijo al oido es a ti a quien quiero….

EL ENCUENTRO

EL ENCUENTRO

Casi en la puerta de entrada en la Facultad de letras, junto a la barandilla de la enorme escalera estaban conversando entre risas y guiños unos amigos, en el centro estaba el joven nuevo matriculado en filosofía que venía de ciencias y ardía en deseos de ilustrarse y completar sus estudios, inquieto nervioso y muy  locuaz parecía tener a todos prendados de sus comentarios, era el comienzo de curso y nos sumamos al grupo todos los conocidos que estabamos en el mismo curso.
Nos presentó una amiga común vieja compañera de colegio que andaba por ahí.A partir de entonces nadie lo diría pero las cosas iban a dar un vuelco y empezar a caminar  a través de parques y jardines con nieve con niebla con lluvia  constituyó una costumbre no exenta de emoción y novedad.Lo mismo estabamos en la carretera haciendo auto-stop camino de Ávila como de Segovia, el movimiento era frenético en compañía siempre de una cámara fotográfica.
A partir de entonces se hicieron presentes la asistencia a los diferentes centros donde se proyectaban películas sin coste alguno y a distintos cafés donde tomábamos grandes cantidades de café, la vida habia tomado otro color el de vivir y cultivarse sin recursos.Nuestro amigo era pobre y experto en esos asuntos, quería cambiar el mundo y como era persona muy leida ya en su temprana edad,  no pasaba de veinte años, tenía todo el aspecto de lograr su propósito, tan convencido estaba que no hablaba de otra cosa se podía decir de él tranquilamente que era un plomo.
Ha pasado el tiempo y nuestro buen hombre se ha “decepcionado” no sin antes haber conseguido un status nada desdeñable, pero está “decepcionado” y su discurso ahora tan insistente como el de entonces versa sobre esa vicisitud “el desengaño”, en aquel entonces tan joven como él no le creí y ahora un poco asustada me pregunto ¿qué es el desengaño?...... ….

EL ENGAÑO

EL ENGAÑO
Una palabra entonces… una sonrisa basta… P.N

En treinta años era la única casa decente que había habitado y cinco de esos años, los últimos que habían transcurrido en medio del esfuerzo y la zozobra del que no sabe hacia donde  dirigir sus pasos en medio de una anulación total de sus sentidos, por extraña  suerte culminaron en este suceso. Empezaba el calor ya y todo apuntaba a las vacaciones de verano, la sugerencia consistía simplemente en redactar y ordenar los viejos apuntes de antaño  relacionados con la investigación de unos textos y sin saber con seguridad el alcance de dicha sugerencia me dispuse diligente a la tarea.
Había que desempolvar las notas con quince años de retraso mi mente limpia y ligera por aquellos días, renovada y casi virgen entró en ese espectro como el que entra en una casa abandonada por el tiempo: una tarea sumamente atractiva y deseada, todavía dormida, con premura  se desplegó  en un ir y venir de anotaciones algunas medio borrosas de recuerdos de textos recobrados, de letra impresa que sin quererlo brotaban a borbotones de mis teclas desaforados y valientes, había que intentarlo parecía que una tenue apertura se había desplegado en mi trayecto hacia lo desconocido, era una especie de liberación de lo que estaba sujeto por agentes ajenos a mi voluntad en una palabra, salía de una horrible pesadilla.
El ejercicio duró unos meses en los que correcciones y más correcciones y rechazos me golpearon sin parar, yo daba forma a los contenidos y nunca obtenía la aprobación deseada, con el desaliento que produce el rechazo seguí mi camino guiada solamente por los textos y alcancé cierto grado de seguridad en ello, era complicado, pero esta vez los recursos económicos e intelectuales se habían dado cita para acogerme en el seno del engaño más espantoso “el tiempo”….…

PALABRAS

PALABRAS

 Con la dignidad del que no sabe entrar en ese vacío que te envuelve porque tiene miedo de adentrarse mas allá de la vida allí donde tu brillas con tu sempiterna presencia, seguro que tu rastro se encuentra en la ciudad donde habitan los que remedan día tras día tu imagen incierta ignorantes de tu buen hacer, de tu bienestar, por pura supervivencia, espero encontrarte allí en donde mis palabras se dan cita contigo y suavemente te alcanzan y te rozan inseguras en tu ausencia.
Las palabras a lo lejos son un eco de los sentidos, el tiempo es otro tiempo y sin embargo todo lo impregnan todo lo invaden y se imponen solícitas a tanta incertidumbre. Su certeza  ilustra los relatos del presente  como si nada hubiera pasado, su mirada es la misma joven mirada que todo lo escudriña  abiertamente  y en el estómago regurgitan amables los gestos de otro tiempo añorados y queridos. El deseo se reconduce y tiende a las mismas calles a  los mismos libros a las mismas esperanzas a los mismos ambientes.La violencia no existe, y  no en vano todo se concita en el mismo instante en la pasión dormida que se despierta alerta, opuesta  y a la vez encajada en el presente.Las palabras a lo lejos cantan una vieja canción hermosa que lentamente  sacude el teclado y tiene lugar una especie de plenitud. No existe nada ya y sin embargo las viejas espectativas de antaño se sacuden el polvo y se hacen presentes  exentas de explicaciones, exentas de esperanza desnudas y escurridizas en  medio de un mundo feroz que todo lo engulle y todo lo emplaza en la muerte.

LOS PAPIROS

LOS PAPIROS

Una mañana calurosa de junio, entré como era mi costumbre en el ancho pasillo de la facultad antigua.
 Una señora regordeta y con tacones sonoros que caminaba a toda prisa con mil llaves en la mano, me salió al encuentro; el departamento estaba  vacío y los papiros al descubierto entre los viejos libros de las viejas vitrinas.
 No hay nadie, entro y me dirijo a los papiros sin más preámbulos, la señora regordeta me mira con una expresión entre lastimosa y preocupada, en el pasillo donde he salido a fumar un cigarro, al final hay una salida a la calle, es el piso más alto, una puerta aparentemente ciega de hierro que contrasta con la antigüedad del edificio, me quedo parada un momento y siento de pronto la atmósfera de la Atenas moderna y todas las islas circundantes, es el viaje, caigo en la cuenta con alegría, es el viaje, ¡todos están de viaje¡.
 La señora regordeta me seguía de cerca temerosa de que ocurriera una desgracia, en medio de mi supuesta terrible soledad  y extremadamente vigilante, más que una bedela parecía un guarda jurado, entonces se apresuró a cerrar con dos vueltas de llave la puerta aparentemente ciega.
 Haciendo como que ignoraba la situación seguí mi camino hacia la puerta de hierro, intrigada, miré por el cristal y sentí vértigo, sí, era cierto que estaba muy alto el piso, mientras tanto, se oía el taconeo presuroso de acá para allá impaciente.
 Harta ya de una situación agobiante como esa me di media vuelta y me dirigí tranquilamente a los codiciados papiros que tantas veces me habían tentado con el único fin de seducirme  y hacia los cuales tenía ahora el camino expedito.

LA BIBLIOTECA

LA BIBLIOTECA
Corrían tiempos en que la protesta generalizada y razonable  sobre el estado de las cosas flotaba en el ambiente.Era el primer año de universidad  cargado de sorpresas y encuentros felices o afortunados, como mi compañero de fatigas que con su enorme cabeza destartalada y sus enormes gafas y su enorme macuto que guardaba sobre todo libros y naranjas que procedían del postre de algún comedor universitario ocasional,  con la trenca desabrochada que dejaba entrever algún ejemplar de Hesse o de B. Brecht cuidadosamente afanado en alguna librería, y su andar descuidado hablando sin parar con  su voz estentorea y profunda incluso altisonante, camino de la biblioteca obligación prioritaria para superar el examen de historia del arte que tendría lugar en el transcurso de quince días.
Para acceder a la biblioteca había que atravesar un portón grande cuyas hojas perfectamente plegadas dejaban ver los aldabones que servían para cerrar el palacio fuera de las horas lectivas, según se entraba a mano izquierda, en el claustro,  se encontraba el Aula Triste en donde todavía se impartían algunas clases de filosofía, un poco más hacia el interior  estaba el patio empedrado rodeado de un perfecto artesonado en sus balcones, más adelante estaba a mano derecha la doble entrada de la biblioteca, en primer lugar se empujaba una puerta y después otra con cristales y dentro por fin se encontraba la estancia en la que se sentía el silencio y se escuchaba el  ligero murmullo que se produce al  pasar las hojas de los libros, entramos juntos mi amigo y yo, se notó un revuelo a su paso que todo lo invadía con cierta ferocidad y prestancia, solicitamos los libros nos sentamos en un lugar  libre  en ese momento y rapidamente con gesto ansioso abrimos el ejemplar que contenía las láminas del examen, en medio del paso de las hojas  a nuestro amigo se le ocurrió sacar una naranja y pelarla ocasionando gran revuelo de rumores junto con el agradable perfume de la fruta, justo en ese momento, apareció por la puerta un personaje encorvado muy encorvado, con los pelos canosos disparados de las sienes hacia afuera, con la nariz aguileña los ojos pequeños y relucientes y una mirada severa , era claro está, el bibliotecario cuyo oficio veterano ya, consistía en vigilar el orden de la biblioteca, hizo un alto en su camino donde estabamos nosotros bulliciosos y asustados con la naranja en la mano y las láminas a la vista, en ese momento se llevó un dedo a la boca y soltó un chisttt … y sin decir palabra para alivio nuestro se encaminó hacia el lugar en el que se encontraba la secretaria. 

LA CIUDAD

LA CIUDAD
Llegamos un día muy próximo a la primavera muy frío, helador, y fuimos derechos a acampar.Estábamos muy cansados y necesitabamos tomarnos un tiempo pero al día siguiente salimos eufóricos del camping dispuestos a devorar todos los espacios que se abrían amplios ante nosotros provistos de todo lo necesario, para ello no nos faltaban guías y otras informaciones acerca de la cultura de esta hermosa ciudad, además disponíamos de vehículo pero lo dejamos en el camping y preferimos movernos a pie y en el metropolitano.Nos dirigimos al centro y probamos a vagar por sus calles rememorando espacios literarios que abundan por doquier en este lugar, poco a poco ibamos descubriendo los cafés, si sonaba una música en un local y la sentíamos desde afuera entrábamos apresurados a disfrutar de tal o cual encanto, contemplamos el barrio poblado de pequeñas buhardillas a lo alto, miles de restaurantes de diferentes orígenes que poblaban las estrechas calles, se podía sentir a la Maga de Rayuela y la rue Lombard , el plácido y agradable café Flore de los existencialistas, grupos de jazz tocando en la calle , un viaje de ensueño por esas calles parisinas nos llevó a caminar por sus parques y a visitar sus museos buscando a más gente que en otro tiempo la habitó, buscando su rastro. En el pequeño museo del Jeu de Paume encontramos a todos aquellos que ensamblaban en sus lienzos las bondades de otro tiempo, así nos encontramos también con Van Gogh en Montmartre  y una larga fila de retratistas callejeros que nos invitaba a posar, sí, la ciudad, las ciudades se multiplicaban frenéticas uno no sabía si estaba soñando  o si lo estaban soñando, poco a poco las guías se volvieron meros puntos de de referencia a los que acudir, en realidad guiados por el sentido del gusto más exquisito, los libros. Visitamos muchas librerías, adquirimos asimismo muchos libros, y vagando a orillas del Sena se produjo un hermoso encuentro con un lugar muy antiguo, una vieja librería, frente a Notre-Dame, justo después de atravesar el viejo pont des Arts, en la margen izquierda del rio, en la que se hallaba  un descendiente de Joyce que  nos invitó a pasar y según una bella costumbre suya nos invitó también a tomar en medio de tantos libros viejos y nuevos mousse de chocolate, que compartimos con otros dos bellos efebos que le acompañaban para combatir el frío, así lo hacía con todos los jóvenes que asomabamos a su librería en donde aparecía sentado en el fondo ante una pequeña mesa y un flexo, con su rostro anguloso y sus gafas pequeñas.
Así descubrimos encantados que la ciudad que buscabamos nos estaba esperando tal  como la habíamos soñado y el destino quiso que ella también  nos hiciera partícipes de su sueño.
Volví al cabo de un tiempo con otra mirada, la ciudad estaba dormida y toda su hermosura agazapada, los autores que busqué con pasión en otro tiempo estaban silenciosos mi guía era un parisino, y fueron sus ojos los  que se reflejaron en los míos, los cerré con mucho cuidado y me dispuse a soñarla…….….. …..