Cada noche será vivida como si fuera la última cada día como si fuera el primero
Eduardo Galeano.
Pelaje blanco, grande con el cuerpo un poco abultado por el centro en medio del jardín, quieto y calmo, con un enorme cuerno en la parte central de la cabeza, mirabas y yo te atendía, gente pasaba a tu lado y te miraba, me miraba, miradas silenciosas, con toda tu bondad como un angel en medio de la bruma de los días.
Una biblioteca de sonidos, de susurros, de silencios, qué breve la noche, qué cortos los días, peluda me acompañas en este tiempo, sin prisa, dicen que los niños viven otro tiempo diferente al de los adultos, así eres tu intemporal y eterna como la infancia, inocente y tierna, caminas a mi lado y escucho tu silencio, me abrazas y siento latir tu corazón, me miras y veo dulzura en tu mirar, me recuerdas a un unicornio, eres mi unicornio, tal vez mi infancia perdida, tenue y bondadosa semejante al sueño que me ha visitado esta mañana.
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