sábado, 18 de junio de 2011

GAFAS ROTAS



GAFAS ROTAS

A la casa se accedía por un caminito estrecho poblado de árboles y sombras con luces entrelazadas, al  llegar a ella sorprendía su tamaño reducido lleno de un tumulto de fiesta.
     Se celebraba un cumpleaños y su anfitriona iba de un lado a otro sin parar, pronto se llenó la casa de seres extraños grandes y vociferantes procedentes algunos de las Islas Británicas que enseguida tomaron asiento en la mesa dispuestos para cenar.Como la cena se celebraba en un porche encajado en una parcelita de cesped y consistía en viandas diversas a base de carne de cerdo mezclada con piña, el perro de la casa merodeaba entre los comensales y olisqueaba por si tropezaba con un trozo de carne.
   La noche iba avanzando con la comida y la bebida abundante y con gran algazara de los presentes, cuando de manera completamente inesperada tomó la palabra el invitado más agasajado y deseado por la anfitriona y para sorpresa de todos lo hizo en inglés, que, en un discurso de quince minutos dejó a todos boquiabiertos por su dominio del lenguaje, exquisita pronunciación y cadencia de los fonemas anglosajones.
  Acabado el discurso nuestro invitado se dirigió al centro de la parcela y al son de la música comenzó a bailar, una hermosa mujer que lo observaba en silencio le acompañó en la danza, de pronto la anfitriona y todos los comensales en tropel salieron  hacia la pista improvisada y a empellones unos con otros se pusieron también a saltar y bailar, tan grande era la algarabía y el alboroto que en uno de esos empujones nuestro invitado predilecto perdió el equilibrio y al mismo tiempo sus gafas cayeron al suelo y rápidamente fueron pisoteadas  y hechas añicos por parte del resto de los invitados con su afán avasallador y eufóricos.
   Nuestro amigo, autor de ese discurso tan brillante quedó consternado, y miope como era, en medio de la parcela, frágil y ciego, a duras penas llegó hasta ella que lo miraba atónita, entonces se le acercó y le dijo al oído: es a ti a quien quiero….