TOSKA
Hemos
recorrido ya un buen trecho desde entonces, muchos kilómetros, sin ti, los años
pasan deprisa, erguidas vamos haciendo el camino hasta encontrarte, pueden
llenarse de brumas los días y calarnos hasta los huesos, pero enfrente al otro
lado del mar habitas tú prisionera, intentando escapar, en mi memoria, no
podemos mirar en esa dirección que nos lastima y nos llena de ausencia, aquel
antro está vacío, ya no existe y sin embargo juntas te buscamos sobre la faz de
la tierra, en dónde es seguro que te encuentras, ella no puede saberlo pero
siente mi impaciencia, aquella luna de agosto que por primera vez
contemplábamos separadas, aquellos días se prolongaron cuando definitivamente y
entera te dormiste entre mis brazos.
Toska
querida ¡cómo te extraño¡ no sé cuantas veces al día te recuerdo con tus
ojos brillantes de color miel, con tu hermoso pelo rojizo, con tu mirada
intensa y ardiente, con tu feminidad resuelta y firme ¡cuánto te echo de menos¡ recostada, junto a
la música que tanto te gustaba y tranquilizaba, distante, y con tus ojos clavados en mí.
Juntas
hicimos un largo camino, leímos muchos libros, estudiamos muchas materias y tú
siempre me decías en qué momento debía parar, posando tu pata sobre los folios
a la hora de salir, ¡cuántos momentos amorosos vivimos! y ¡qué bien
diferenciabas el bien del mal! Tan inteligente como tú, nunca he conocido a
nadie, siempre atenta, siempre despierta, siempre alerta, dabas la impresión de
que no morirías nunca, tan grande era tu instinto de supervivencia.
¡Cuánto
te quise Toska¡ siempre vigilante… era tal nuestra compenetración, que a la
hora de enloquecer, enloquecimos juntas, inseparables, caminábamos
siempre largas horas, incansables, Toska querida, te nombro para hacerte
vivir, este momento, en el que escribo sobre ti, buscando la serenidad que tú
me dabas, segura de ti misma, y candorosa.
Mi
adorada perrita, ¡cuántos deseaban tu muerte!… finalmente la encontraste en
medio de la traición, como no podía ser de otra manera.
Ahora,
Toska, sigo mi camino con otra perrita adorable, que ocupa tu espacio y te
conoce y te siente en mis lágrimas, cuando en días como hoy te extraño tanto.
Te traigo a mi memoria, reclamando tu presencia, que siempre me indica el
camino y la decisión correctos.
Toska
querida, te nombro y te siento…habitas con tu pasión desmesurada entre
nosotras, que en silencio te escuchamos y te sentimos, y caminamos también juntas, con la esperanza
de encontrarte en un recodo del camino. Gracias Toska.
¡Ojalá¡ no te vayas nunca.