jueves, 18 de agosto de 2011

ZEUS-TORO

ZEUS-TORO

135 Ph'¡ me fevrei", qeovtaure, tiv" e[pleo_ pw'" dev kevleuqa...._
    
 Mosco, poeta y filólogo de la biblioteca de Alejandría, escribió a mediados del siglo II a. C. En el corpus del poeta, encontramos un epilio de poco más de centenar y medio de hexámetros, titulado Europa, que encierra dentro de sí, el mito que sirvió de inspiración al pintor holandés Rembandt, a Rubens, a Ticiano, a Picasso en nuestros días, a Herodoto, a Ovidio y a otros muchos, para la creación de,  El Rapto de Europa ,  en el cual se encuentra muy bien acuñado un compuesto  muy innovador que ha suscitado numerosas cuestiones y se le ha considerado un compuesto de determinación aposicional o “Mischungkomposita”que establece entre sus elementos una comparación. qeo;tauro", un dios  que es como un toro, donde el segundo elemento del compuesto es el fundamental.
 En español, en cambio, “un hombre-lobo” es “un hombre que se convierte en lobo”, mientras el griego cambia el órden de los términos: “licántropo”, y un “pájaro mosca” es un pájaro tan pequeño como una mosca, no una mosca tan grande como un pájaro.
Un compuesto como ajndroqe;a en griego, marca bien la diferencia pues significa “diosa- varonil” y no un hombre que es como una diosa.
Qeotauro" puede ser entonces un compuesto copulativo o dvandva como nuc-hvmeron “noche-día”. Significaría así un ser que era dios y toro. Estos compuestos copulativos, que son raros en época clásica, se hacen cada vez más frecuentes después y son muy numerosos en griego medieval y moderno. La transformación de Zeus es ya un hecho y aparece sugerida en M fr.IV, otro fragmento, también de Mosco.
La mañana era tibia, lucía el sol, las calles todavía permanecían casi vacías, y sus pasos la conducían hacia su lugar de trabajo, el templo en el que moraba Zeus semejante a un toro, objeto de estudio por aquellos días.
Los demás dioses aún dormitaban, la esencia divina es poderosa, duerme cuanto quiere, deja hacer… deja ser… deja pasar… todo se cumple infalible, según su designio, no sabe de ateismo y agnosticismo, da lo mismo, a los ateos también les afecta, suelen ser los más tocados por la divinidad, que  es deseable siempre y siempre se transforma y adopta innumerables formas, es tentadora, es atractiva, encierra dentro de sí  la anhelada inmortalidad.
Todos eran dioses en la ciudad, todos emulaban el poder de Zeus, todos se transformaban y hacían gestos divinos, y se apresuraban tras de su presa con el fin de seducirla, a ella, que nadaba en un mar de confusión y ofuscación.
Solo el poder del rey de los dioses parecía dirigir sus pasos, siempre confusos y erróneos. Inmersa dentro de ese mar divino, vio como poco a poco todos los dioses iban cayendo, humanos al fin, en las garras de la muerte, solo ella era la única que no era divina, y en medio de esa locura olímpica,  a duras penas podía dar un paso simplemente humano, pues humana era su naturaleza., solo la potestad divina acabó con las vidas inmortales de los demás dioses.
 Lejos de la divinidad y de los parajes olímpicos, y también  de su lugar de trabajo, cerca del tormentoso mar, un día ventoso, de lluvia abundante, destapó sus legajos y encontró el rastro del asesino, que dejaba al descubierto su palmaria inocencia, el hermoso compuesto acuñado ya por Mosco en el siglo II a.C. :  Qeotauro".