BATAWANA
Apoyado
contra un muro el hombre temblaba con un móvil en las manos. Cada vibración del
aparato le iluminaba el rostro, encendía su mirada, y caía su boca con un
rictus entre la esperanza ansiosa y la fatal desesperanza.
Lo
veía desde su lecho manipular las teclas, mensajes de texto…llamadas perdidas….
enlaces…
Luz
oscura entre tinieblas el hombre se transformaba, se tambaleaba como un
borracho a las tres de la madrugada.
Un
estremecimiento ahogó mil penas en la mujer que lo observaba inquieta con el
alma en vilo temiéndose lo peor. Recorrer la ciudad juntos quizá no fuera
suficiente, esta visión lo desvelaba todo a esas horas en las que ella se
fundía en un abrazo de ensueño, de esperanza.
Sonaba
el móvil imperioso y cada vez que sonaba, el hombre se retorcía, entre
convulsiones, poco a poco iba perdiendo fuerzas, y se combaba lentamente en un
arco antropomórfico, desesperado.
Al
cabo de unos minutos la pantalla del pequeño ordenador se iluminó, la batería
como era de esperar se acabó, empezaron a escribirse las letras del aviso
lentamente, primero Bat después awana. Resultado final “Batawana”, ella recordó
entonces algunos vocablos indios llenos de presagios, de misterio, lo leyó como un mensaje entre sueños, sintió
que la noche se le venía encima, contempló la imagen del hombre desfallecido
entre las convulsiones de la locura, el aparato permanecía destartalado a su
derecha con las letras del mensaje bien claras “Batawana”, no pudo en ese
momento levantarse de la cama y abrir la puerta. Finalmente abrió la puerta de
su cuarto, una sombra deambulaba por la casa, y sintió un leve estremecimiento,
la inquietud se respiraba en el ambiente, bebió un trago de agua, volvió a su
cama, la perra también se levantó inquieta y fue a tumbarse en la entrada,
cuando regresó al lecho y se fundió en el abrazo habitual no pudo volver a
conciliar el sueño, Batawana rondaba a su antojo por su mente como aquellas enigmáticas
palabras de antaño analizables, explicables, pero esta palabra estaba asociada
a la muerte, esta palabra se tendía en el suelo aún entre los pedazos
electrónicos de un móvil, sintió que el miedo empapaba sus huesos y la
impotencia de ver a un hombre tendido a sus pies roto de dolor y convulsionado
por las descargas de la locura.
“Batawana” mensaje de texto: “La batería se está
quedando sin energía. Bateria baja, cargue la batería pronto para seguir usando
el teléfono”. Enlazó los cables de carga y los enchufó a la corriente
esperanzada.
Fin.
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