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¿Qué
es la literatura?
Los libros no es que te
digan cómo hay que vivir es que te cuentan cómo la han vivido otros. De lo
general a lo particular de lo contrario te pierdes.
Era
una niña muy estudiosa que le gustaba
leer libros y sin saber nunca por qué razón siempre estaba castigada fuera de la
vista de todas sus compañeras, sin duda era un mal ejemplo, pronto se dio
cuenta que la mejor actitud frente a gente tan punitiva era la de ser amable.
–
¡No estudies tanto, que se te va a poner el culo gordo! ¡Te vas a quedar ciega
de tanto leer! — el amor es cosa de la literatura y del cine, decían otros. Eran
las lindezas que cada día escuchaba de
sus mayores.
Pasó
el tiempo, su trasero no engordó y su vista se encontraba en un excelente
estado. Vapuleada por tanta presión, no pudo evitar formularse algunas de esas
preguntas que se derivaban de esas amenazas. ¿Qué es el amor? ¿Qué es el cine? ¿Qué
es la literatura?
Después
de serias averiguaciones, descubrió que la vida que la rodeaba era un vacío
intenso que la relegaba a castigos y azotes continuamente, y que sólo en los
libros que leía encontraba la explicación, eran como una ventana abierta a
través de la cual entraba la luz y la brisa encerrándola cada vez más en un
estrecho recinto físico que poco le importaba, ser tan pequeña ante semejantes
descubrimientos era algo que nunca llegaba a vislumbrar.
La
niña creció y allá por donde pisaba, encontraba idéntica oposición. Pronto
empezaron los rumores de que estaba loca, de que era una persona obsesiva e
inaccesible, pero sus amigos literatos y poetas continuaron atrapándola hasta
el infinito, no era una obsesión cuantitativa, simplemente ella buscaba
respuestas a sus preguntas. No era ambición de saber tampoco, notó enseguida
que sólo la lectura de un buen texto
puede sobrecoger de placer, se dio cuenta que explicar los sentimientos es muy
difícil, y con ello todas las demás cosas intangibles, fue poco a poco refinando
su búsqueda, y comprobó que los grandes genios tenían numerosos puntos de
coincidencia pero sobre todo alumbraban con idéntica intensidad.
—Es
un camino difícil e inseguro el que emprendemos en compañía de los libros, las
sorpresas se suceden de continuo, se confunde el tiempo con el tiempo… los
espacios se magnifican… toda la vida se puede concentrar en medio de una
historia… y en el trayecto hacia los libros del pasado la atención se alía con
la interpretación de los textos, entonces llega una destreza tal en la mirada
que hace al despertar que una simple página nos parezca la eternidad.
Un
día la niña ya mujer se encontró con un sabio, él ,visiblemente molesto por
tanta inquietud en medio de su ambiente
le preguntó: ¿es que quiere usted saberlo todo? Una irrupción de sentimientos
encontrados afligieron su ánimo, —imagino que en medio de una batalla un
guerrero de los de antaño, cuando perdía sus armas debía tener en su mirada
idéntica expresión de tristeza e impotencia que a ella la embargaron en ese
momento. Con sigilo, lentamente como intrusa en el nuevo reino, retrocedió
sobre sus pasos presa de una grave confusión.
A
partir de entonces, vislumbró la soberbia en el saber, y su deseo fue alejarse
de los sabios que encontraba a su paso, nunca había ¡ni siquiera soñado! que
fueran tantos y ¡de carne y hueso!
Comenzó
entonces un largo peregrinar a través de archivos, librerías y bibliotecas,
¿qué le importaba a ella una reprimenda más? Después de todo Platón no la
conocía, ni todos los sabios juntos con los que tropezó en las páginas
intemporales de los libros.
Algunos
hombres se ponen nerviosos como si aquello que ellos han descubierto fuera un
fin en sí mismo, eso a ella no le ocurría y pronto tuvo la sospecha de que algo
hacía mal, entonces surgieron las dudas, ¿Es un espejismo? ¿Es un delito? ¿Me
estoy equivocando?
Como
su pasión por la vida era muy intensa, encontró más y más preguntas a las que encontrar
respuesta. Entró en laberintos intrincados, acarició su sueño lejos de los
sabios, comprendió que en realidad los libros que tanta compañía nos procuran
solo hablan de una cosa, la inmensa soledad que sentimos desvalidos ante las
puertas inexorables del tiempo.
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