LOCOS DE ATAR
El genio y el loco tienen una cosa en común, los dos mueren sin saberlo.
El genio y el loco tienen una cosa en común, los dos mueren sin saberlo.
Mucho es lo que se ha escrito y filmado sobre la locura , elogiando incluso, después de su muerte, a título póstumo, a insignes artistas como Van Goh . Los escritos de Erasmo de Rotterdam, con " Elogio a la locura”, “Diario de un loco” de Nicolai Gogol, "L´amour fou" de Bretón , por mencionar algunos ejemplos, y otros muchos, que consideraron el arte, estrechamente ligado a este extraño acontecimiento de enloquecer.
Pero, nada hay más duro ni más doloroso, a excepción de la muerte, para un hombre, que esta circunstancia de estar loco.Con mayor o menor fortuna, esto lo saben bien, los que se ven obligados a convivir con los locos, en el recinto de una institución psiquiátrica, como psiquiatras, celadores, enfermeras, agentes de seguridad… …
Había en la ciudad un ambiente de locura, poco común en otras ciudades que, inducía a pensar que, con el afán integrador de la psiquiatría actual, los locos andaban sueltos y habían contagiado de alguna manera a sus habitantes ¡como si la locura fuera contagiosa¡
Entonces, paseaban individuos, que hacían gestos extraños, por las calles, y alguno, en particular, los teñía de gran teatralidad, y agresividad, dando así la impresión de que realmente estaban locos o bien, vivían por completo alcoholizados o drogados, tal era su afán de destacar en el mundo del arte y de la cultura, que con total desaprensión, usurpaban de alguna manera la condición de los locos que luchaban por integrarse, con grandes dosis de medicación y de sufrimiento.
Con la premisa de, “un idiota nunca se vuelve loco” jugaban todos a ser el más listo… a ser el más loco… convirtiendo de este modo la ciudad en una auténtica jaula de grillos, en la que los locos, sin ser conscientes de su estado, algunos eran verdaderos artistas, se sentían excluidos, al borde de una cordura que inevitablemente les llevaba a la muerte. Muchos de ellos se suicidaron.
Uno de estos individuos, en el colmo del delirio me dijo un día: El loco soy yo…
Con tristeza, le respondí: Un loco... nunca sabe que está loco….…
Casi podría ser una de las ciudades invisibles de Calvino...
ResponderEliminarEs una ciudad "fantasma" que todavía se resiste a abandonarme.
ResponderEliminarMuchas gracias