lunes, 20 de junio de 2011

EL ÚLTIMO VIAJE

EL ÚLTIMO VIAJE


... ... pero yo recibiré mi destino donde le plazca a Zeus y a los otros dioses inmortales. Iliada XXII


Cuando se nos muere un ser querido todo nuestro ser se apresura a cerrar todas, absolutamente todas las salidas  de nuestro organismo al exterior, como para evitar que el espíritu que habitaba en nosotros se nos vaya, cerramos los ojos, cerramos la boca, los oidos resuenan con sus ecos, nos encorvamos con cuidado como si ese ser habitara adentro, en el interior de nuestro estómago, dormimos medio desvelados y lloramos entonces en silencio, despiertos, tocamos sus pertenencias y las guardamos cuidadosamente, hacemos lo posible y lo imposible por cerrar todas las puertas, con el temor secreto de que se nos vaya ese halo interior que se resiste a salir, casi tan fuerte como el dolor que sentimos, inmóviles, no comemos, no dormimos, velamos, porque poco a poco sentimos que se va alejando de nosotros y el dolor se va durmiendo, nuestro pobre ser no lo resiste, en ese estado de duermevela, subí a un tren que me iba a llevar hacia la despedida del ser que más había amado en toda mi vida.
Pleno invierno, nevaba abundantemente, lo dejé todo y subí al tren apresurada, temía no llegar a tiempo. Apesadumbrada, elegí un asiento alejada del tumulto y orientada hacia el lugar de destino, tardamos un buen rato en arrancar, cosa poco habitual en ese tipo de tren rápido, finalmente arrancamos , yo estaba impaciente, en  el tanscurso de una hora de trayecto, de pronto, el tren se detuvo, y todos los viajeros de mi vagón se levantaron de sus asientos al cabo de un rato, para preguntar al revisor qué sucedía, agarrotada en mi asiento, no quise moverme y esperé impaciente, al parecer el temporal de nieve había desprendido un poste eléctrico que cayendo sobre un árbol hizo que ambas cosas bloquearan el paso del tren, pasó una hora que se hizo eterna, yo guardaba mi halo con fuerza, sentía un tempo lento imponerse a los acontecimientos, no es posible pensé, cómo va a ocurrir esto precisamente hoy, que está agonizando... y la misma agonía se iba imponiendo inmersa en esa atmósfera terrorífica de espera y desasosiego, después de unos minutos enormes, nos anunciaron que debíamos hacer noche en el pueblo más cercano, todo estaba perdido, ya no llegaba a despedirme, estaba claro.
Acudimos en hilera y con mucho frío hacia el hotel  que nos proporcionó la compañía del ferrocarril, aún tuvimos que esperar en una sala, me sentía como un zombie, y no podía hablar con nadie, finalmente subí a la habitación y me dispuse con temor a llamar por teléfono, con la clara pretensión de seguir de cerca los acontecimientos, mi interlocutor no escatimó información y cada media hora recibía todos los datos, me quedé dormida en medio de tanta tensión, cuando desperté, sonó terrible el teléfono, ya había muerto. El temporal había remitido y nos subieron de nuevo al tren, el paisaje estaba teñido de blanco, un blanco que me molestaba especialmente en esos momentos, desviamos la ruta y dio el tren un inmenso rodeo, cada vez más, tenía la impresión de que llegaba muy tarde, pero ya no importaba, ya no había prisa, todo había terminado y lo único que tenía que hacer era guardar ese halo del frío…de la gente… ignoro como era mi expresión en esos momentos, pero un viajero compasivo se sentó a mi lado y me tomó las manos… rapidamente reaccioné y le supliqué: por favor no me toque… en lo sucesivo rechacé cualquier contacto de la gente … ... intocada, me acerqué a ella y la besé en la frente…….

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