domingo, 5 de mayo de 2013

LA LOSA DE SÍSIFO






LA LOSA DE SÍSIFO

No te afanes, alma mía, por una vida inmortal, pero agota el ámbito de lo posible.
Píndaro

Los azules se habitan unos en otros, con intimidad relajada en un horizonte brillante y de color cada vez más intenso. Hoy me visita complaciente el dios del mar, las rocas resplandecen a lo lejos en la luz intensa del sol, largo tiempo de desdichas al borde de la muerte descansa por fin en las viejas arenas del pasado.
 El fardo de los tormentos sin cesar espoleaba mi ánimo con su carga, ciega y sin saber muy bien el por qué de ese castigo, mis pobres huesos resistían a duras penas el terrible peso ajeno, —una gran losa que duplicaba mi tamaño—, a duras penas soportaba la carga por los caminos oscuros de ese castigo fatal, los dioses reían complacidos, las diosas sentían igualmente regocijo, pasé así muchos días, muchos meses, muchos años, y nunca llegaba la luz a iluminar mis ojos, cada avance suponía una nueva recaída y levantarse entonces  duplicaba el esfuerzo, paso a paso me hostigaba el cruel destino y en la morada de los muertos no hay salida, ni atisbo de luz, no hay esperanza, volvía sobre mis pasos una y otra vez  para empezar de nuevo mi suplicio, el círculo  fue acotando cada vez más mi cuerpo, comprimiendo con fuerza la piedra contra mis hombros agotados, un esfuerzo titánico se apoderó de mis miembros,  una y otra vez  la dejaba caer y rebotaba en el suelo su peso  con gran   estruendo, la ciénaga me rodeaba y mis pies resbalaban sobre el barro, las estaciones del tiempo dejaban sus huellas y en invierno la nieve se asociaba con el frío y entumecía mi ser mortal, mis huellas a su vez se dibujaban en el hielo provocando una nueva derrota y otra, y otra, sobre el suelo deslizante, el tórrido calor del verano abrasaba lentamente mi sudorosa  piel que respiraba ya sin fuerzas sobre el desértico asfalto y los dioses inmortales formaban su séquito a mi espalda robándome el aliento, tres veces la muerte salió a mi encuentro, cuando ya estaba cerca de caer en sus brazos, el dios Poseidón me arrastró consigo en sus aguas y sobre ellas  lanzó la roca que a lo lejos en el horizonte contemplo amenazante. Luminosos y divinos los días me devuelven el tiempo arrebatado, lejos del infierno, inmersa como vástago suyo en el Universo.
Mito de Sísifo:
. Desde los tiempos de Homero, Sísifo tuvo fama de ser el más astuto y sabio de los hombres. Cuando Tanatos fue a buscarle, Sísifo le puso grilletes por lo que nadie murió hasta que Ares vino, liberó a Tánatos, y puso a Sísifo bajo su custodia en el inframundo en donde  sufrió un terrible castigo, en el infierno, Sísifo fue obligado a cumplir su castigo, que consistía en empujar una piedra enorme cuesta arriba por una ladera empinada, pero antes de que alcanzase la cima de la colina la piedra siempre rodaba hacia abajo, y Sísifo tenía que empezar de nuevo desde el principio, una y otra vez. Así se cuenta en la Odisea.El motivo de este castigo no es mencionado por Homero y resulta oscuro.Según algunos, había revelado los designios de los dioses a los mortales. De acuerdo con otros, se debió a su hábito de atacar y asesinar viajeros. También se dice que aún viejo y ciego seguiría con su castigo.
 Sísifo, dentro de la mitología griega, como Prometeo, hizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia.
 Sísifo (Σίσυφος) fue fundador y rey de Éfira (nombre antiguo de Corinto). Era hijo de Eolo y Enarete, y marido de Mérope. Según algunas fuentes posteriores, fue el padre de Odiseo con Anticlea, antes de que ésta se casase con su último marido, Laertes.
De acuerdo con la teoría solar, Sísifo es el disco del sol que sale cada mañana y después se hunde bajo el horizonte. Otros ven en él una personificación de las olas subiendo hasta cierta altura cayendo bruscamente, o del traicionero mar. Se ha sugerido que la leyenda es un símbolo de la vana lucha del hombre por alcanzar la sabiduría.
En nuestros días el mito ha sido analizado por Albert Camus que en un largo  ensayo que resulta revelador con su explicación filosófica del mito en donde planea la filosofía del absurdo. Sostiene que nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que lo que creamos, se plantea el tema del suicidio, siendo el mundo tan fútil ¿qué alternativa hay al suicidio? Así pues desarrolla Camus la idea del “hombre absurdo” o con “una sensibilidad absurda”.
El hombre consciente de la completa inutilidad de su vida o bien incapaz de comprender el mundo se enfrenta en todo momento a esa incomprensión, éste sería el hombre rebelde, siempre frente al mundo.
Esa “eterna vivacidad”  el eterno enfrentarse con el absurdo, con el mayor número de experiencias es lo que da sentido a no renegar del absurdo. Concluye a través de esa conciencia del absurdo en que Sísifo es el héroe del absurdo definitivo y afirma que Sísifo experimenta la libertad durante el breve instante en el que al empujar la roca aún no tiene que comenzar de nuevo desde  abajo.
Nos dice que Sísifo, a pesar de ser ciego sabía que las vistas del paisaje estaban ahí y debió encontrarlo reconfortante: “Uno debe imaginar feliz a Sísifo” por lo que Camus  aparentemente lo salva de su destino suicida.
De Claros y Sombras
Mercedes Vicente González
Foto: Sísifo. Tiziano 1548